José de Jesús Vázquez Hernández

Diariamente nos enteramos a través de los medios de hechos funestos que ofenden a la sociedad, ataques terroristas suceden con frecuencia en diferentes ciudades y países realizados por individuos o grupos de ellos que incluso están dispuestos a sacrificarse a cambio de realizar antes una masacre donde la muerte se haga presente de forma múltiple.

En Estados Unidos y otros países más aparecen constantemente personas dispuestas a usar sus poderosas armas en contra grupos de estudiantes, o en reuniones multitudinarias con la consigna de causar la muerte al mayor número posible de sujetos, sin importar su origen o si existe o no alguna causa para ello, simplemente se transforman y accionan.

Por lo general estos actores mueren en su intento a manos de los policías que repelen la agresión, quienes una vez que son liquidados o bien detenidos las autoridades señalan que son personas disfuncionales o locos o bien personas preparadas anticipadamente por grupos terroristas que están dispuestos a dar su vida por una causa considerada justa para ellos.

En México no faltan los muertos, todos los días por una o por otra razón brotan cadáveres por doquier, ajusticiados, torturados o simplemente liquidados en una lucha fratricida por grupos organizados o pandillas enemigas que pelean en defensa de un supuesto interés o territorio, lo que origina dolor e impotencia de parte de la ciudadanía que es la afectada.

Según la IV Cumbre Iberoamericana, efectuada recientemente con el tema Familia Educación y Paz al analizar el origen de todos estos conflictos indica que su origen es la familia, la familia en crisis, disfuncional o desintegrada, por diferentes razones, una de ellas es la falta de valores, no hay estabilidad emocional entre las parejas matrimoniadas o no.

En esta reunión se presentaron diversas ponencias con temas familiares y de acuerdo con la publicación del Semanario, uno de ellos fue el planteamiento del maestro Alejandro Bermúdez quien considera que el principal riesgo de las familias es el uso indiscriminado de dispositivos móviles, y señala que desde su experiencia, educar hijos no es nada fácil, pero hay dos falsas creencias.

La primera consiste en considerar que los hijos son computadoras, los padres temen cometer errores en la “programación” de los hijos, no es así porque los seres humanos nos recuperamos de los errores, no existe la educación perfecta. La segunda falsa creencia dice, “no existe el mal esposo o la mala esposa que sean buen padre o buena madre”, el amor y el respeto se testimonian.

Presenta tres reglas de vida, “lo primero que se aprende se aprende en la familia”; todo lo que se aprende fuera de la familia, se asimila como base en la capacidad de esta para filtrar los mensajes que se aprenden en otros ámbitos; la escuela no es un enemigo natural de la familia, señala que hasta hace tiempo era aliada porque difundía conocimiento sin imponer determinadas ideologías.

Termina presentando tres desafíos para los padres en el ámbito de la educación: los dispositivos móviles que además de sus conveniencias terminan por construir un riesgo mayor o similar al que pueden encontrar los hijos en la calle; la  falta de convivencia familiar; la ingeniería social, siendo la de género una de las más riesgosas y finalmente concluye que debe protegerse a las familias, pues es ahí  donde se define a quienes construyen la sociedad.

Noviembre 18/2017

jjesusvah@hotmail.com

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