Durante los últimos meses hemos visto cómo la inseguridad, la violencia, los homicidios y los robos, continúan siendo parte de nuestra Tijuana.
Cada día continúan habiendo ejecuciones, balaceras en distintos puntos de la ciudad, e incluso, el tema de los feminicidios se está convirtiendo, desafortunadamente, en una problemática más a solucionar.
Hoy podemos asegurar que los tijuanenses vivimos con miedo.
Estamos inmersos en una ola de violencia y no vemos que el gobierno, en alguno de sus tres niveles, esté haciendo lo suficiente para garantizar la paz que se nos ha prometido.
Como hemos visto en los últimos días, la delincuencia está en todos los rincones del país: en el transporte, en los comercios, en la calle, en los cajeros automáticos; prácticamente nadie está a salvo de ser víctima de algún hecho delictivo.
Los focos de alarma que reflejan el sentir ciudadano son una importante llamada de atención. De acuerdo con las más recientes cifras sobre percepción de inseguridad en las principales ciudades del país, 7 de cada 10 mexicanos manifestó vivir con temor.
Este resultado es reflejo de una lamentable circunstancia que necesitamos con urgencia reconocer a fin de rectificar: la actual estrategia de seguridad del gobierno no está funcionando.
Ante este panorama, cuando lo que está bajo amenaza es la vida y el patrimonio de las personas, los pretextos y justificaciones sobran. Lo que se requiere con urgencia es un replanteamiento de la estrategia y un giro de timón inmediato.
Necesitamos una policía profesional y capacitada, que esté cerca de las personas en sus comunidades, y que les proporcione seguridad y tranquilidad combatiendo a la delincuencia eficazmente. Es necesario apostar por una verdadera formación y profesionalización de los elementos.
No es posible que ante una situación como la presentada este miércoles 19 de febrero, notemos que no existe un verdadero protocolo para atender una situación que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias.
¡Por supuesto que la seguridad es un tema que a todos nos debe preocupar!
No podemos tolerar que los delincuentes tomen la ciudad como un sitio de guerra y que hagan lo que ellos quieran. No se debe permitir que sea la ciudadanía quien tenga que pagar las consecuencias de las omisiones de nuestras autoridades. No debemos ser nosotros, los ciudadanos, quienes salgamos con miedo a nuestras calles cuidándonos de que algo no nos suceda.
Es indudable que la paz social y la gobernabilidad de un estado dependen de un Sistema de Justicia eficiente, capacitado, y competente para ofrecer soluciones y respetar a cabalidad la aplicación del Estado de Derecho. Debemos de aplicar con mayor rigor la ley sin cálculos políticos que paralizan la acción.
Se requiere abandonar la cobardía en la toma de decisiones.
Exigimos que el gobierno asuma la principal tarea que tiene el Estado: brindar condiciones de paz y seguridad.
Muchas Gracias