Conociendo donde vivió Doña Angelita su infancia en Rancho Palos Colorados

Los cuentos que Doña Angelita contaba.

Por Carlos Neri Torres

Doña Angelita

Hoy las cosas son internet, radio y televisión pero para Angelita que nació y creció en 1927 en un rancho de Jalisco las noches eran para ver las estrellas cenar a la luz de una aparato de petróleo y dormir oyendo las gallinas, el ladrido  de los perros, y antes de dormir no faltaba quién contara cuentos y ella continuaba esa la costumbre en las ocaciones donde los niños le pedían: cuéntanos un cuento abuelita.

Casi siempre los nietos y sus amigos y en las noches en casa o cuando salen a acampar varias familias

era parte de aventura aparte de cenar algunas galletas con chocolate caliente  acampar a la luz de la

fogata su voz mantenía ocupados a chiquillos y a grandes que mientras ella contaba el cuento le

interrumpieron para saber más que lo que ella iba contando, la otra observación era que los que ya habían escuchado ese mismo cuento de su propia voz. a ella le hacían recordar, qué había dicho o cambiado los tiempos y las descripciones del escenario imaginario.

No faltaba de entre los nietos que le dijeran: ¿no era un pantalón corto el que usaba Juan Sin miedo? ella les respondía, ¡no, eso es más adelante!

Mi labor es dar a conocer a los que fueron esos niños y que tanto influyeron hasta hoy o si estan presentes esos momenos en sus recuerdos de esas noches de cuentos.

¿Dónde vivía Doña Angelita?

https://www.google.com/maps/d/u/0/edit?mid=18L7I12651ZDy77oBpTEmK-os0tTVnHo&ll=20.72712314846004%2C-102.32549080000001&z=18vv

Nuestro Tema de hoy conduce Carlos Neri Torres
Cuentos en herramientas digitales

Estaba el rancho de los Torres a 5 kilómetros de la ciudad y caminaba por el Camino Real junto con sus

padre y sus hermanos para llegar entre la tierra colorada que hacía plastas de lodo al caminar y se

resbalaba o patinada al caminar cuando había llovido de má de 4 centímetros y se tenía que lavar los

zapatos o huaraches en el río antes de llegar al pueblo.

Nunca fué a la escuela, aprendió en el rancho con sus hermanos el silabario, su escritura manuscrita era

lenta pero muy armoniosa.

La imaginación y fe en sus mayores daba mucha confianza, el no hablar mal de nadie, solo decía déjalos así son ellos.

Mi labor es dar a conocer a los que fueron esos niños y sus recuerdos de esas noches de cuentos.

Tenemos a continuación alguién qué recuerda sus cuentos su nombre Engracia e Holdelisa García aportan sus recuerdos de viva voz.

Con  mucha nostalgia comparte esos momentos

Engracia comenta
La Señora Engracia García nos habla de esos momentos
La Señora Hilda comenta