José de Jesús Vázquez Hernández

Ahora que estamos disfrutando de uno de los espectáculos más arraigados en la mayoría de los pueblos de este planeta, viene a colación esa frase de “pan y circo” que data de tiempo atrás, al parecer desde que los romanos la utilizaron con fines políticos, una práctica bien aprendida por los políticos mexicanos de los últimos tiempos utilizada con buenos resultados.

En estos días en los que las campañas abundan y los contendientes buscan incorporarse en algún puesto en el que les beneficie el presupuesto, hacen uso de todos los recursos que la ley les perite y aun otros al margen de la misma con tal de obtener los votos suficientes, al menos los que hacen campaña, porque otros sin despeinarse acceden a puestos claves.

Durante bastante tiempo los partidos que son los más beneficiados, porque tienen la facultad de aprobar o modifican los presupuestos y colocar a sus amigos en lugares estratégicos tratan de preparar el camino otorgando algunas prerrogativas a grupos sindicales y a personas en estado de necesidad para llegada la oportunidad de las campañas acudir a ellos como votantes a su favor.

Con ese mismo fin reparten algunas migajas de lo mucho que disponen para ellos, pues según información promovida en los diferentes medios, quienes nos representan tanto en las cámaras que conforman el Congreso, como en otras instituciones gastan el dinero que tanto trabajo cuesta pagar al gobierno en sus diferentes impuestos y servicios.

Además de estos impuestos y contribuciones hay otras aportaciones más en las que se incluye el precio de la gasolina, el gas, el IVA, el ISR, al pago al Seguro Social, el pago del predial, de las licencias, la verificación y una serie de pagos de toda índole a las que se agregan las injustas multas viales, sobre todo las fotomultas, que con el tráfico existente difícil es conducir a exceso de velocidad.

Para que el pueblo no renegara, los romanos utilizaron esta táctica que según se  dice fue calcada por Juvenal (100 A.C) que señala: “desde hace tiempo —exactamente desde que no tenemos a quien vender el voto, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo.

La historia hace hincapié en que “los políticos romanos visualizaron un plan en 140 A. C. para ganar los votos de los pobres, al regalar comida barata y entretenimiento, los políticos decidieron que esta política de “pan y circo sería la forma más efectiva de subir al poder”, sin duda una técnica muy bien asimilada por los gobernantes mexicanos.

Si recurrimos a las estadísticas observamos que cada vez existe un mayor número de mexicanos empobrecidos e inconformes con su estatus social, cuando el pan abunda en la mesa ajena y en la propia solo circo y a veces ni con la migajas cuentan, lo que origina un malestar y a pesar del pan y circo que recibe el pueblo la tensión no baja y los muertos ya sea políticos y candidatos siguen en aumento.

Deseamos que el fútbol, pan y circo le siga beneficiando a la Selección Mexicana y que la afición deje de festejar con ese grito que tantas multas le ha costado a la Federación Mexicana y sobre todo un gran desprestigio a todos los mexicanos, pues se considera una grosería que puede incluso recibir mayores castigos como pérdida de puntos, ¡qué necesidad hay!, además que recojan su basura.

jjesusvah@hotmail.com

Junio 23/2018   (foto de internet)