Por Carlos Neri Torres
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El adiós a Margarito, también tuvo un momento religioso que dé un respeto solemne a este viajero que fué empujado hacia otra dimensión, poco explorada, pero mucho comentada por aquellos que vemos en el hombre la imagen de un Dios, o al menos así dicen que nos hicieron, hoy pasamos por una transición que es a la del cuerpo frío y semblante sereno dónde no hay envidias mi sentimientos, sino esperanza en que pronto nos volveremos a encontrar.
Así fue la estancia que nos hace reflexionar y evaluar, si vale la pena tanta prisa y problemas que lo desgastan a cada quién en cada meta.
Ahí estaba Margarito Martínez siendo el motivo de la presencia de todos, familiares y amigos, algunos de ellos que se lograron amasar gran amistad de trabajo en el periodismo ya que entendemos que sin la fotografía y la narración es una historia más.
hoy se acaba una etapa del fotoperiodismo en Tijuana, deja una familia debastada, era este hombre muy coloquial en su trato aunque muy severo consigo mismo tambien, sin tanta universidad logró lo que pocos han llegado. a ser reconocidos en medios internacionales y entre los mismo locales como el Zeta, duele decir adiós, pero llegado el momento, hay que ser fuertes y desearle buen viaje, así como resignación a sus afectados por su ausencia.Hoy por la noche nos toca recordarlo, hasta que el olvido lo sepulte y nos resignemos a dejarlo partir y seguir nosotros sus pasos próximamente