Alarma escuchar a un gobernador que está más preocupado por combatir la percepción, en lugar de concentrarse en combatir la inseguridad en sí misma. La casa de Estudio lamenta las aseveraciones del mandatario. Rechaza que haya “plumas pagadas” y se solidariza con las y los periodistas de Jalisco ante los ataques del gobernador Enrique Alfaro

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, presentó ayer su Informe de Seguridad. Arropado por funcionarios, empresarios y políticos afines, al tiempo que negaba el acceso a los medios de comunicación; el mandatario estatal presentó una serie de cifras con las que intenta demostrar que, en cuestión de seguridad, Jalisco va por buen camino.

Sorprende la insensibilidad del mandatario para con las víctimas de desapariciones en Jalisco, al decir que “de todas las personas denunciadas como desaparecidas, solamente el 10%, 1 de cada 10 desapareció porque se haya cometido un delito (…) pero la estridencia es enorme”.

La insensibilidad radica en no entender el dolor de las familias, en no comprender que cuando se trata de vidas humanas, una vida no es mucho, es muchísimo. Tratar de esconder eso con cifras y estadísticas es perverso. Lo peor es que esta postura indolente e irresponsable permite que la tragedia se extienda.

Desafortunadamente, Jalisco es líder nacional en desaparecidos, aunque el gobernador insista en negar esta realidad.

El gobernador también aprovechó la ocasión para denostar a quienes tienen una visión distinta a la suya. Señaló a medios de comunicación e insultó a reporteros y columnistas, al acusarlos de ser “plumas pagadas con el dinero de la Universidad de Guadalajara”.

La Universidad de Guadalajara rechaza tajantemente las aseveraciones del gobernador y expresa toda su solidaridad para las y los periodistas.

Es preocupante la falta de autocrítica del gobernador Enrique Alfaro, quien acusa a los periodistas de querer que le vaya mal a Jalisco, al asegurar que “…como no reciben dinero público, están dispuestos a lastimar al Estado pensando que así lastiman al Gobierno”.

Cuando alguien señala los hechos y afirma que las cosas no van por buen camino en temas de seguridad, no significa que desee que la situación de Jalisco empeore. Por el contrario, lo que se espera del gobierno es que tome acciones para corregir el rumbo.

En lugar de escuchar a un gobernador que regaña y fustiga a quienes piensan diferente a él, sería más tranquilizante escuchar a un gobernador autocrítico, que acepta los puntos en donde se está errando, porque eso implicaría la posibilidad de que se pueden iniciar los trabajos para mejorar las cosas.

Alarma escuchar a un gobernador que está más preocupado por combatir la percepción, en lugar de concentrarse en combatir la inseguridad en sí misma.

Resulta aún más preocupante si tomamos en cuenta la alta cifra negra del delito. La gran mayoría de delitos que se cometen, no se denuncian. En Jalisco el índice de impunidad es de hasta del 95%.

Por eso no podemos pedirle a las y los periodistas que dejen de hacer su trabajo, que dejen de decir la verdad.

Por el contrario, hoy más que nunca es cuando Jalisco los necesita.