José de Jesús Vázquez Hernández

Suele decirse que como México no hay dos, seguramente así es, pues cada país tiene sus propias fortalezas y debilidades que lo caracterizan, y los mexicanos nos pintamos solos en eso de la política, para minimizar los problemas con solamente utilizar diferentes palabras, como le hicieron en la Ciudad de México después de la balacera en la delegación de Tláhuac.

Posterior al narco bloqueo, o acontecimiento delictuoso, originado según dicen por la muerte de “El Ojos” y varios delincuentes más, el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, considerando seguramente en minimizar lo ocurrido y no manchar su imagen con vista a las próximas elecciones, se refirió al hecho diciendo que en la Ciudad de México no hay cárteles, sino un grupo delictivo grande y violento.

Yo no entiendo cuál sea la diferencia, tal vez usted amable lector si la encuentre, que para el caso es lo mismo, tanto narcos y grupos de delincuentes organizados comente actos que perjudican a la sociedad, se llamen como se llamen, aunque los políticos maquillen las cifras y las consecuencias de acuerdo a sus intereses, al minimizar los sucesos y calificándolos de actos aislados.

Lo sucedido en la Ciudad de México, es una costumbre de la mayoría de los políticos de todo el país, quienes con frecuencia utilizan a las instituciones para manejarlas políticamente como sucede con la detención de algunos de los gobernadores que se dedicaron a cometer ilícitos en sus respectivos periodos gubernamentales, sin ser molestados hasta después de varios años.

Pasado el tiempo de su periodo, las famosas contralorías y autoridades respectivas comienzan a observar que hay algunos faltantes no justificados en sus cuentas por grandes cantidades, mismas que ya no son resarcidas a las arcas de su estado, a veces tan solo les confiscan algunas pequeñas cantidades, pudiendo hacerlo en su momento oportuno como acontece con la gente de a pie.

Es de dominio público que cuando los políticos corruptos roban mucho y reparten, por lo general, la justica les es favorable, acreditando la opinión pública de que la justicia se aplica más en los pobres que en los ricos, al menos así lo demostró la risa irónica del exgobernador de Veracruz cuando lo detuvieron en Guatemala y lo extraditaron a nuestro país, al considerar que va a salir ganando.

Todo está por verse, igual que él hay casos pendientes en los que se observaron grandes desfalcos en sus administraciones, o bien obras mal efectuadas, sin las debidas aplicaciones profesionales, como el socavón hecho en la autopista de México Cuernavaca recientemente inaugurada, en la que hace unos días se accidentaron y fallecieron dos personas al caer en el mega bache.

En todas estas acciones está la mano de autoridades e instituciones de diferentes niveles que las diseñan, las planean, las concesionan, mismas que cuentan con facultades para intervenir, pero como luego suele decirse, entre más manos meneen el atole más se puede quemar, porque se pasan la bolita unos a otros con el fin de eludir su responsabilidad.

Mientras no se finquen responsabilidades y las reparaciones sean a costa de los impuestos pagados y no a quien comete el error, como sucede en la iniciativa privada, lo probable es que se continué con la práctica de la política a la mexicana que cuesta mucho dinero al pueblo mexicano que tiene que pagar los errores de autoridades irresponsables.

jjesusvah@hotmail.com

Julio 22/2017

 

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